lunes, 10 de octubre de 2016

NO SON GALGOS, QUE SON PODENCOS



 Por entre unas matas,  
seguido de perros, 
(no diría corría)   
volaba un conejo.   

De su madriguera 
salió un compañero,  
y le dijo: -Detente,   
amigo, ¿qué es esto?   


-¿Qué ha de ser? -responde;  
sin aliento llego...   
Dos pícaros galgos      
me vienen siguiendo.    


-Sí, replica el otro,  
por allí los veo...  
Pero no son galgos. 
-Pues, ¿qué son?. -Podencos. 

-¿Qué? ¿Podencos dices?  
-Sí, como mi abuelo.  
-Galgos y muy galgos;   
bien vistos los tengo.  


-Son podencos; vaya,   
que no entiendes de eso. 
-Son galgos, te digo.   
-Digo, que podencos. 

En esta disputa,   
llegan los perros y    
pillan descuidados 
a mis dos conejos.

Los que por cuestiones   
de poca monta   
dejan lo que importa,  
llévense este ejemplo. 
             Tomás de Iriarte.

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