Autorretrato
Marie-Françoise-Constance Mayer-Lamartiniere nació en París, Francia en 1775. Expuso en el Salón entre 1796-1801, sobre todo retratos.
Tras la muerte de Proud’hon, sus hijos borraron las huellas de Mayer, que no tenía herederos, suprimieron la firma de la mujer de los cuadros y los colocaron en el mercado atribuyéndolos a Proud’hon.
En su época, Pierre-Paul Prud´hon (1758-1823) fue uno de los artistas más famosos de Francia. Su arte, entre el estricto neoclasicismo de David o Ingres y el romanticismo de Delacroix y Gericault, pero solo David era contemporaneo y por lo tanto rival. Los otros eran más jóvenes
David despreciaba la suavidad y el sentimentalismo de la obra de Prud´hon, pero eran precisamente estas cualidades las que atraían a las damas de la corte de Napoleón, incluyendo a las emperatrices Josefina y Marie-Louise. Prud´hon tenía un origen humilde, nacido en la Borgoña, decimotercer hijo de un cantero. Se casó a los 19 años y aunque el matrimonio fue infeliz, tuvieron seis hijos. Su esposa tras un altercado con Josefine, la mujer de Napoleón fue admitida en un centro psiquiátrico.
Desde 1803, la pareja de Prud'hon tanto en la vida como en el arte fue su ex-alumna de Constance Mayer. Se cuenta que, en su lecho de muerte, la mujer de Prud'hon le pidió que no volviese a casarse, y el prometió que no lo haría. Cuando Constanza Mayer se enteró de la noticia, fue al estudio de Prud'hon, cogió su navaja de afeitar y se cortó la garganta. Prud'hon devastado por la muerte de Mayer, se hundió en la depresión, y murió en 1823. Los amantes fueron enterrados en la misma tumba en Père Lachaise
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