Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.
Lo dijo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas...
Lo llamo dulcemente "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Rafael Lores, el director del Centro dice:
"Estamos moi tristes. 'Margarita' era un apoio importantísimo. Os rapaces non só aprenderon moito de bioloxía e coidados grazas a ela, senón que lles servía para adquirir hábitos de responsabilidade e manter o equilibrio emocional"
"Os nenos erguíanse pola mañá e atendíana mesmo antes de almorzar. Tíñana presente en todo momento. Trataremos de atopar outra burriña similar, dócil para facilitar a convivencia"
Descanse en paz Margarita
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