lunes, 8 de junio de 2015

O PAZO EL PAZO




 El pazo de mis abuelos, bueno, no era un pazo, pero estaba en un sitio que se llamaba así y como tal era conocido.

Me acuerdo con alegría del bullicio de aquella casa que ahora me suena como algo irreal, cosas que ya nos parecen de películas del oeste.

La abuela se levantaba muy temprano, llamaba a María Rosa, la criada, que ya era como alguien de la familia. Yo me revolvía entre aquellas sábanas de lino aspero tejido en las interminables tardes de invierno...."pitas, pitas, pitas", llamaba la abuela y se escuchaba el ruido de los granos de maiz al caer en el suelo. María Rosa abría la puerta del gallinero y yo tenía que meter la cabeza debajo de la almohada porque el ruido ya se hacía insoportable.


Despues seguían las tareas de la cocina, encender el fuego en la lareira, poner la comida para el cerdo, coger el balde para ordeñar las vacas...yo seguía los pasos de aquellas dos mujeres en sus tareas cotidianas y poco a poco me volvía a quedar dormida.

Venga! Levantate que es hora de ir a la escuela!



- Abri los ojos. La lluvia repicaba en los cristales de las ventanas-

-Abuela, hace mucho frío, no quiero ir a la escuela

De nada valían las disculpas de todos los días, pero no por eso iba a dejar de intentarlo...



Al pasar por la sala, para ir a la cocina siempre estaba el abuelo afeitandose. Era hermoso como un Dios!

Despues de afeitarse decía: Nena agarra aqui! Yo cogía la punta de la faja roja y el daba vueltas hasta que le quedaba ajustada a la cintura encima de los pantalones de pana.

El abuelo habló con Doña Josefa, la maestra para que la cartera de cuero que me había mandado mi padre quedara en la escuela. El consideraba que era muy pesada para una niña tan pequeña.

Cuando yo me sentaba, siempre echaba un vistazo al rincón donde estaba colgada mi cartera.

Doña Josefa, la maestra, tenía una hija, la "nena". Era mi amiga. La escuela estaba al lado del pazo y ella siempre venía a jugar conmigo.

-No quiero la leche!

Siempre teníamos que aguantar a aquella consentida. La madre intentando darle el desayuno y todos en la clase mirando.

Quiero las estampillas!!! Gritó.

En aquel momento la sangre se me paralizó en el cuerpo

Doña Josefa miró para mi, fue a buscar la cartera y de repente todos mis tesoros estaban delante de la cara de la nena: Tom y Jerry, Blanca Nieves, el pato Donald.....



La rabia casi no me dejaba respirar... escuchaba a las mayores de la clase...Xosefa, Joaquiniña de Vicente...."si me hiciera eso a mi le soplaba la cara"...

Llegué a casa tan furiosa que mi abuela me preguntó si estaba bien. No pude comer solo estaba pensando en la venganza.

Por la tarde me acerqué al muro del pomar y con la voz más dulce que pude grité: Nenaaaaaa

Ella asomó la nariz por la puerta. ¿Que quieres? Preguntó

¿No vienes a jugar? Pregunté con cara inocente

No, que me pegas, respondió desconfiada

Yoooooooo? ¿Pegarte yo?y ¿por que te iba a pegar yo? Dije sorprendida

Al final, las ganas de jugar pudieron con su desconfianza y yo la vi subir por el camino.

La esperé debajo del nogal y cuando la tuve cerca le di semejante torta que su cara parecía una cereza.´ Salté de la alegría y casi me muero 

de risa hasta que la realidad vino de repente a mi cabeza.............¿Como volvía a la escuela?


Por la noche la abuela estaba muy preocupada. Hablaba con el abuelo: "esta niña no está bien, no comió, no quiere cenar"....

Yo estaba pensando, tenía que pensar rápido...¿Ponerme enferma?....Aun me acordaba de las friegas de aguardiente, el aceite de ricino, el agua de carabaña, cuando me puse enferma porque el tio Domingos le dio una galleta más a la prima Teresita que a mi. NO! Lo mejor era sufrir pero con dignidad....que el palo de Doña Josefa diera en mis manos y en mis rodillas!

Cuando llegué a la escuela, los niños me formaron dos filas. Pasé por el medio como un torero haciendo el paseillo. Unos se reían y otros reflejaban en sus caras el miedo que estaban sintiendo por mi ¿ES que las noticias van por el aire? Yo no podía entender como todo Dios sabía lo que había ocurrido..

Entré y me senté en mi mesa, un pupitre viejo con un tintero en un agujero. Doña Josefa me vió desde lo alto de su tarima, a su lado la nena con cara de conejo, pedía justicia con la mirada. De la boca de Doña Josefa surgió una pequeña sonrisa, y poco a poco la cantinela de todos los días....

España limita al norte con el Mar Cantabrico y los Montes Pirineos que la separan de Francia....Yo aún no sabía escribir, pero juro que jamás tuve que estudiar los límites, ni los ríos, ni las provincias de España...aquella musiquilla quedó grabada en mi cabeza para siempre.

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