Pensamos, pienso, tengo tiempo...Y en un esto de retroceder y volver vienen a mi cabeza las equivocaciones. Quisiera una, a veces, volver a la niñez porque los errores no eran tal, eran pecados, te confesabas y ya estaban borrados.
Recuerdo, con esto de pensar, cuando de niña quise llegar a la santidad. Estudiaba en un colegio religioso y nos dijeron que si ibamos durante una semana a misa y a comulgar nos convertiriamos en "niña de la Virgen". En casa me miraban con cara rara cuando me veían salir a las siete y media de la mañana con un cacharrito de leche caliente camino de las Teresianas. Me confesaba y comulgaba y pensaba y pensaba sobre los motivos de mi arrepentimiento. Todo me falló, aquel fue uno de mis primeros sacrificios inútiles. Una vez cumplida la semana de perfección me dijeron que tenía que recitar una poesía a la Virgen delante de todas las niñas. ¡Maldita sea! Me quedé en blanco y no conseguí el galardón de niña de la Virgen.
Pero, analicemos, eso de la religión es maravilloso, los errores aunque sean pecado, se los cuentas al cura y ya está, todo perdonado...bueno creo, ya no me acuerdo bien, que tienes que hacer acto de contrición, si, eso, prometer no volver a tener la misma conducta desviada
Coño! (perdón)...Creces y ves el tipo de gente que va a arrepentirse, día tras día. Seguro que prometen eso del "propósito de la enmienda" pero no se enmiendan nunca
Y como necesitamos creer en algo, con el tiempo crees en los políticos. Piensas en un mundo de justicia, de igualdad..."Los tuyos" van a solucionar lo que otros no pueden. Los defiendes a muerte e insultas al contrario. Los defectos son imperceptibles pero los del contrario son... ¿Pecados?- Ah, de repente te das cuenta que has vuelto a equivocarte...Quieren FELIGRESES...por esa etapa ya has pasado...
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