lunes, 27 de abril de 2020

JOSE MANUEL VIDAL SOUTO





( Ourense 6 de abril de 1948 - )

Su pintura tiene, originariamente, una profunda relación con la sencillez y la ruralidad, una intencionada búsqueda de la esencialidad de la tierra fértil y nutricia de nuestras aldeas, desde los ojos de alguien ansioso de aprender, dispuesto a dejar a un lado los convencionalismos de urbanita y a concentrar su gran fuerza física en la delicadeza expresiva de los pinceles. 
 
Los sucesivos descubrimientos que, en ese terreno, ha ido haciendo con su arte, pueden seguirse, desde luego, recorriendo la geografía de sus productivas soledades en los diferentes lugares en que se fue asentando en que la exuberante floración vegetal se metamorfoseaba en gallinas ponedoras, parejas que se cantaban su amor y escenas campesinas rudimentarias: todo en dos colores básicos muy cálidos. 
 
 
Vidal Souto comenzó a exponer, con fortuna, a finales de los años sesenta.
Fue elegido para la colección de serigrafía gallega, ideada por Álvaro Álvarez Blázquez, en la que participaron artistas relevantes, desde Seoane a Virxilio Fernández. Vidal Souto cultivaba una figuración ingenua de compleja elaboración, de alguna manera emparentable con los retablillos escultóricos de Arturo Baltar, y a modo de ilustración.

Sus exposiciones se sucedieron en ciudades de Galicia, Madrid y Barcelona. Multitud de figuras, en ambientes en los que traslucía un fondo de denuncia social, en verdes, amarillos, rojos, constituían su pintura en 1980.
Su arte ha buscado simplificaciones sin abandonar la morosidad de ejecución y ciertas referencias chagallianas.
afundación
Galería Ansoar

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