martes, 23 de julio de 2019

EL BOSCO



Poco se sabe de la vida de EL BOSCO, uno de los mayores pintores de Flandes. Se sabe que fue miembro de la cofradía de Nuestra Señora, para la que realizó varias obras, todas perdidas excepto la Epifanía  que se encuentra en el museo del Prado.
El nombre que figura en su partida de defunción es Hieronymus Van Aquen, nacido en Hertogenbosch, en Brabante, ciudad de la que tomó su nombre artístico. Por el apellido familiar -Aken o Aachen- indica de origen alemán. Su fecha de nacimiento se sitúa hacia 1453. Era de una familia de pintores porque se sabe que pintaban su padre, sus tíos y su abuelo. 


Se cree que su formación tuvo lugar en el taller familiar pero no hay duda que vio obras de Van Eyck y Rogier van der Weyden en las iglesias flamencas. El entrar en la cofradía significaba recibir encargos, entrar de pleno derecho en la clase dirigente y participar en la gestión de la vida pública. Los archivos de la cofradía registran  la admisión de el Bosco en el restringido grupo de notables en 1488. En 1478 está registrado su matrimonio con Aley van de Meervenne, hija de un noble acaudalado que aportó como dote una casa y una finca en el campo de Oirschot.


La mayor parte de las pinturas de el Bosco vinieron a parar a España, donde su arte simbólico y fantasmagorico fascinó a Felipe de Guevara y luego a Felipe II. Pasaron siglos sin que nadie se acordara de el Bosco hasta principios del siglo XX. Llegaron al mundo del arte corrientes completamente nuevas-  el simbolismo, el Dadá, el surrealismo...y entonces el Bosco fue redescubierto  como un profeta. Pintores como Ernst y Dali se sintieron nuevos Boscos y sintieron una conexión con el mundo flamenco

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