Poco se sabe de la vida de EL BOSCO, uno de los mayores pintores de Flandes. Se sabe que fue miembro de la cofradía de Nuestra Señora, para la que realizó varias obras, todas perdidas excepto la Epifanía que se encuentra en el museo del Prado.
El nombre que figura en su partida de defunción es Hieronymus Van Aquen, nacido en Hertogenbosch, en Brabante, ciudad de la que tomó su nombre artístico. Por el apellido familiar -Aken o Aachen- indica de origen alemán. Su fecha de nacimiento se sitúa hacia 1453. Era de una familia de pintores porque se sabe que pintaban su padre, sus tíos y su abuelo.
La mayor parte de las pinturas de el Bosco vinieron a parar a España, donde su arte simbólico y fantasmagorico fascinó a Felipe de Guevara y luego a Felipe II. Pasaron siglos sin que nadie se acordara de el Bosco hasta principios del siglo XX. Llegaron al mundo del arte corrientes completamente nuevas- el simbolismo, el Dadá, el surrealismo...y entonces el Bosco fue redescubierto como un profeta. Pintores como Ernst y Dali se sintieron nuevos Boscos y sintieron una conexión con el mundo flamenco
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