Rubens
El sátiro, criatura mitológica que vive en los montes y en los bosques, con cuerpo de hombre cubierto de pelo y con patas de cabra. De caracter despreocupado, cruel y lascivo. Su pasatiempo preferido es retozar por los campos, cazar, tocar el caramillo y sobre todo perseguir ninfas. Lujurioso guardián de Baco, dios del vino por eso se asocia tambien a las borracheras. Estos seres eran temidos por pastores y ganaderos porque espantaban a los rebaños y animales domésticos
El sátiro, criatura mitológica que vive en los montes y en los bosques, con cuerpo de hombre cubierto de pelo y con patas de cabra. De caracter despreocupado, cruel y lascivo. Su pasatiempo preferido es retozar por los campos, cazar, tocar el caramillo y sobre todo perseguir ninfas. Lujurioso guardián de Baco, dios del vino por eso se asocia tambien a las borracheras. Estos seres eran temidos por pastores y ganaderos porque espantaban a los rebaños y animales domésticos
En la obra de Jacob Jordaens "El sátiro y el campesino" (1620) quiere reflejar la incongruencia del sátiro de soplar la sopa para enfriarla y soplarse las manos para calentarla
En la obra de PIERO DI COSIMO "Un sátiro llorando sobre una ninfa, o la muerte de Procris, vemos en primer plano una mujer, medio desnuda, con una herida en el cuello. Un sátiro se encuentra junto a su cabeza agonizante y un perro, a sus pies, parece esperar el fatal desenlace. Quizás el pintor se refiere a Céfalo que mata por accidente a su amada esposa Pocris con una jabalina
Alexander Macco Cephalus und Procris
Céfalo, apuesto joven que adoraba la caza, una mañana que había salido a realizar su pasatiempo favorito, fue visto por la diosa Eos. Esta quiso llevarselo con ella pero Céfalo estaba enamorado de su esposa Pocris. Un día la diosa regaló a Pocris un arco que nunca fallaba y el mejor perro de presa y Pocris le dio estos obsequios a Céfalo como prueba de amor
Céfalo y Procris, Paolo Veronese, c. 1580.
Eos (diosa de la Aurora), muy enfadada por no conseguir el amor de Céfalo envió un lobo feroz a la región. Los cazadores intentaron darle muerte pero al no conseguirlo acudieron a Céfalo para que les dejase su perro. Letaps, que así se llamaba el perro, cuando se encontró con el lobo comenzaron una gran batalla. Céfalo y los cazadores observaban desde lejos. De repente la visión desapareció delante de sus ojos y Céfalo decidió seguir las huellas del animal. Un día, pensando que Céfalo lo engañaba, Pocris lo siguió. Escondida tras unos matorrales empezó a sollozar y Céfalo confundiendo el llanto con los gritos de un animal disparó su jabalina
Céfalo y Pocris en EL MUSEO DEL PRADO- Rubens
Céfalo y Pocris en EL MUSEO DEL PRADO- Rubens
Céfalo y Procris
1636 - 1637. Óleo sobre tabla, 27 x 28,6 cm.
Esta desgraciada historia de amor aparece en el libro VII, (835-841) de las Metamorfosis. La celosa Procris espió a su marido, del cual sospechaba le era infiel. Así, escondida entre los matorrales murió accidentalmente a manos de su propio marido, que la confundió con un animal: "(...) Al día siguiente, la luminosa Aurora había ahuyentado la noche; salgo, voy al bosque y, satisfecho por la caza, me tumbé en la hierba y dije: "Ven brisa, y alivia mi fatiga". De pronto me pareció oír como gemidos entre mis palabras; aún así dije: "Ven, grata como ninguna". Una hoja, al caer, produjo de nuevo un ligero ruido; yo creí que era una fiera y lancé mi volandera jabalina; era Procris (...)".
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