Carta de Frida Khalo a Jacqueline Lamba
Desde que me escribiste, en aquel día tan claro y lejano, he querido explicarte que no puedo irme de los días, ni regresar a tiempo al otro tiempo. No te he olvidado - las noches son largas y difíciles.
Jacqueline Lamba, Léon Trotsky y André Bretón
El agua. El barco y el muelle y la ida, que te fue haciendo tan chica,
desde mis ojos, encarcelados en aquella ventana redonda que tú mirabas
para guardarme en tu corazón. Todo eso está intacto. Después vinieron
los días, nuevos de ti. Hoy, quisiera que mi sol te tocara. Te digo que
tu niña es mi niña, los personajes títeres arreglados en su gran cuarto
de vidrio, son de las dos.
Andre Breton, Diego Rivera, Trosky y Jacqueline Lamba-
Jacqueline Lamba era esposa de André Breton.
Es
tuyo el huipil con listones solferinos. Mías las plazas viejas de
París, sobre todas ellas, la maravillosa - Des Vosges tan olvidada y
tan firme. Los caracoles y la muñeca-novia, es tuya también- es decir,
eres tú -. Su vestido el mismo que no quiso quitarse el día de la boda
con nadie, cuando la encontramos casi dormida en el piso sucio de una
calle. Mis faldas con olanes de encaje, y la blusa antigua que siempre
llevaba hacen el retrato ausente, de una sola persona.
Pero el color de
tu piel, de tus ojos y tu pelo cambia con el viento de México. Tú
también sabes que todo lo que mis ojos ven y que toco conmigo misma,
desde todas las direcciones, es Diego. La caricia de las telas, el color
del color, los alambres, los nervios, los lápices, las hojas, el polvo,
las células, la guerra y el sol, todo lo que se vive en los minutos de
los no-relojes y los no-calendarios y las no-miradas vacías, es él. Tú
lo sentiste, por eso dejaste que te trajera el barco desde el Havrem
donde tú nunca me dijiste adiós.
Te seguiré escribiendo con mis ojos, siempre.
Lamba quiso ser ante todo pintora. Tuvo que ganarse la vida e independizarse,siendo muy joven, instalándose en una «pension de jeunes filles». Su carácter rebelde e indomable le valió el sobrenombre de «14 juillet».
Se casó con André Breton, el líder del Grupo Surrealista, en 1934. Jacqueline y André peleaban con mucha frecuencia;Breton no comprendía la vocación artística de Jacqueline. Esta falta de sintonía llegó a ser dramática: Jacqueline, que dio a luz a su hija Aube en l935, huyó del 42 de la Rue Fontaine en muchas ocasiones, dejando a Aube con su padre, y en una ocasión durante cuarenta y cinco días, sin decir nunca adonde iba. Durante la II Guerra Mundial, con Breton movilizado, Jacqueline y, su
hija, Aube, fueron acogidas por Picasso y Dora Maaten Royan.
Las disputas eran violentas y conocidas por todos los amigos, pero siguieron juntos y, desde la Villa Air-Bel en Marsella, embarcaron con Claude Lévi-Strauss, Wifredo Lam y su mujer, Helena Holzer, y Victor Serge y su esposa en el buque Le Capitain-Paul-Lemerle hacia Nueva York. Allá, mientras André no hablaba con soltura el inglés, la políglota Jacqueline conoció al joven escultor David Hare y en 1942 se fue a vivir con él. Seductor y, sobre todo, rico, con él Jacqueline pudo pintar libremente y tener un estudio para ella sola.
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