sábado, 26 de mayo de 2018

Ricardo SEGURA TORRELLA



 (Ferrol, 1927-2000) 
Fama relativamente tardía, y por completo fundamentada, la de este artista peculiar, militante de un expresionismo ciclópeo y dueño de una paleta, más que caliente, verdaderamente explosiva.
Comenzó a pintar en su ciudad natal, donde fue discípulo del extraordinario artista Felipe Bello Piñeiro. Se traslada a Madrid para seguir las enseñanzas de dos maestros bien diferentes, que en él se complementarán: Fernando Alvarez de Sotomayor, la tradición del mejor oficio, y Vázquez Díaz, la invención a partir del cubismo.


Expone en la capital de España en 1953 y arranca elogios de Camilo José Cela, excelente ojo crítico, quien dice de Segura: "El asustado, el tímido gesto del niño a quien alumbra una llamita que le arde, bastándose a sí mismo, en el corazón"El ferrolano no se conforma con Madrid, y salta a París, primero, y a Alemania más tarde, porque ya intuia modos que se incorporaría a su peculiar estética.


Va conformándose el arte de Segura Torrella, sobre un dibujo más que firme, impresionante, y sobre un color más que caliente, explosivo. Realiza algunas exposiciones, muy pocas, y casi nunca concurre a certámenes. De todos modos, los críticos más agudos elogian esta obra diferente, personal, que parece que desborda el soporte; que se derrama e imbade la sala donde se muestra.
Todo es gigantesco en Segura Torrella, aunque el cuadro no alcance grandes dimensiones. La pincelada es enérgica, agresiva, como un hachazo, con la materia pura y en relieve. Sus bodegones parecen vistos con lente de aumento, y en sus desnudos se da el modelado directamente con el pincel, ancho, de mancha que es su mismo apellido. Ha retratado una tipología popular que en la obra de Segura Torrella alcanza la categoría de pintura definitiva. Cuando él pinta un pan, un tomate, una pera, son El Tomate, La Pera, El Pan, únicos, irrepetibles.


En una primera contemplación, parece esta pintura como desmañada, con ciertas dosis de alucinación. Y sin embargo, hay una armonía implícita que la serena al fín, aunque la sensación de desbordamiento se imponga.
Segura Torrella está representado en museos y colecciones de Galicia y Cataluña, donde goza de gran prestigio.


Afundación

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