El 10 de septiembre de 1802 el Concello de Vigo emitía un auto de acuerdo por el que se prohibía a todos los vecinos de la villa y su jurisdicción vendimiar antes del 21 de septiembre. La razón del edicto era que "nadie se propase a bendimiar la huba sin sazón" (sic). Claro que el alcalde y sus ediles contemplaban que las uvas de alguna propiedad pudiesen alcanzar su punto idóneo de madurez. En ese caso, "lo noticiarán a su merced el juez para que mandándola reconocer por peritos inteligentes y declarándola siguirsele perjuicio dará la correspondiente licencia". La multa por el incumplimiento ascendía a seis ducados. Este auto relacionado con la cosecha de uvas incluía la prohibición de que nadie "se propase a comprar a los caminos fruto alguno y menos frutas hasta las diez del día y la huba en ningún tiempo" (sic). En este caso el castigo consistía en ser encerrado en la cárcel durante seis días y dos ducados de multa...
Jorge Lamas. LA VOZ DE GALICIA
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