Turín, 1871-Roma, 1958
Giacomo Balla fue uno de los principales componentes del movimiento futurista italiano.De formación artística autodidacta, estudió durante un tiempo en la Accademia Albertina de Turín y en 1895 se trasladó a Roma. En 1900 residió durante unos meses en París, donde visitó la Exposición Universal. Allí se sintió impresionado por la vida de la gran metrópoli y estudió las pinturas neoimpresionistas de Georges Seurat, Paul Signac y Henri-Edmond Cross. A su regreso a Roma, difundió la técnica divisionista entre jóvenes artistas como Umberto Boccioni, Gino Severini y Mario Sironi.
En 1910 se adhirió al movimiento futurista al firmar La pittura futurista Manifesto técnico, pero no expuso con este grupo hasta 1912. En las obras de ese periodo, Balla intentaba representar el movimiento y la velocidad, tomando como base las cronofotografías de Étienne-Jules Marey. A partir de 1913 sus composiciones se hicieron más abstractas, y la representación de la descomposición del desplazamiento dio paso a unas nuevas estructuras espirales y el estudio del movimiento al análisis de la descomposición de la luz. En 1915 firmó junto a Fortunato Depero el manifiesto Reconstrucción futurista del universo, en el que se extendían los principios futuristas a todos los aspectos de la vida diaria.
Como los demás componentes del grupo futurista, Balla fue un convencido y activo nacionalista. En 1915 fue detenido junto a Filippo Tommaso Marinetti por participar en una manifestación a favor de la participación de Italia en la guerra, y durante esta época el estudio de Balla se convirtió en lugar de encuentro de artistas. A partir de entonces Balla comenzó a interesarse por la construcción de objetos móviles de papel, cartón, tela y alambre que denominó Complejos plásticos, y desde 1917 trabajó también como escenógrafo para Feu d’artifice de Stravinsky, de los ballets rusos de Serguéi Diághilev, que estaba refugiado en Roma a causa de la guerra.
En la década de 1930 retornó a una pintura figurativa, de inspiración fascista, que marcaría su producción artística hasta su muerte.
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
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