martes, 22 de marzo de 2022

El duque de Orleans mostrando a su amante

 


La escena se desarrolla en un interior oscuro en el que Delacroix sitúa a las tres figuras principales. Sentado a los pies de la cama, protegida por pesados cortinajes, el duque de Orleans levanta la sábana para mostrar a su ilustre visitante el cuerpo de su amada de cintura para abajo. Delacroix involucra al espectador en el engaño del marido al representar el rostro de la mujer en la penumbra. El artista consigue finos contrastes yuxtaponiendo colores como el rojo intenso del cojín sobre el que descansa los pies del Duque, el azul de sus calzas y el dorado de su ropa. También hay contrastes cromáticos finísimos en el cuerpo de la mujer, en el que su carne se contrapone al blanco de la cama. Las pinceladas son claramente visibles en las zonas más empastadas donde la luz cae con más fuerza. Estos espacios corresponden a las partes más importantes de la escena, a saber, la sábana que oculta la identidad de la mujer, sostenida por su amante.

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