¿Hay que entender por ese rechazo de lo 'demostrativo' una crítica a los arquitectos estrella? No soy arquitecto y además no me interesa serlo. Por desgracia, la arquitectura de hoy se inscribe en esquemas casi exclusivamente económicos y mediáticos. Los excesos son flagrantes. Hay ciudades que han establecido con ciertos arquitectos y con ciertos edificios una especie de imagen de marca, y eso... sí, pero no. Se están haciendo cosas absurdas y fatuas, sin fundamento y con unos costes inmensos, es un escándalo. No son más que grandes operaciones político-publicitarias. Hay arquitectos con muchísimo talento, y hay edificios muy divertidos... pero estructuralmente es un sistema perverso que tiene los días contados. Yo estoy a favor de otra forma de arquitectura, más humana y económica... una arquitectura casi impresionista, como la que he practicado en algunos edificios en Japón.
PARTE DE /Philippe Starck El País Semanal
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