viernes, 5 de marzo de 2021

PINTURA METAFISICA


                               Carlo Carra 

Durante la Primera Guerra Mundial, en Italia se produjo la gran crisis del Futurismo, unido al ascenso de los movimientos exaltados nacionalistas e imperialistas, alentados con frecuencia por las luchas por el dominio de las colonias. En Italia, el nacionalismo busca las bases de su ideología en su sustrato clásico, el pasado glorioso de la Roma imperial y la Italia del Renacimiento

                                     De Chirico

Esta recuperación de la estética clásica italiana tuvo dos vertientes: el Novecento, paralelo a otros movimientos clasicistas ligados al Mediterráneo (Noucentisme catalán, por ejemplo); y por otro lado la Pintura Metafísica, que funcionó como una especie de Surrealismo avant la lettre, es decir, anterior al propio Surrealismo. 

                                                               Mario Sironi
                            
La Pintura Metafísica tiene un origen claramente simbolista de influencia alemana. Pero sobre todo, se relaciona con ciertas tendencias filosóficas: la fenomenología de Hüsserl y Heidegger o la nueva objetividad practicada por los existencialistas (Sartre, Camus) y por Marcel Proust o James Joyce. Para ellos, un fragmento de la realidad paralizado en un momento y extraído de su contexto permite reconstruir una realidad trascendente, más allá de la propia realidad; este sería el significado de la metafísica.

                                                         Filippo de Pisis

 De Chirico, el más importante autor de este movimiento, entendió tal teoría como una pintura que muestra lo real más allá de lo cotidiano: una ciudad detenida en mitad del fluir temporal, lo cual permite delimitar su auténtica esencia. Para conseguir esto, el objeto real no puede ser usado, porque esto lo introduce en la dinámica cotidiana, sino que ha de ser mirado, es decir, extraído de su función: una plaza italiana está para ser atravesada. Si se la pinta repleta de gente, de puestos de flores, de animación, se la está usando. Pero si se pinta la plaza tal cual, única, lejos del tiempo y del espacio del resto del mundo, se la está mirando hasta en su más recóndita intimidad, para darle el valor absoluto que le corresponde. Esto es la pintura metafísica, es El Enigma de una Jornada, lienzo del mencionado De Chirico.

                           Rudolf Schlichter

La estética que resulta de esta concepción tiene cualidades oníricas, como un objeto visto en sueños, lejos de la acumulación y tendente a un vacío que resalte las irregularidades del objeto en cuestión, nítidamente dibujado bajo una luz fantástica, plana, y siempre en un ámbito urbano.
Otros autores metafísicos, no tan importantes como De Chirico, fueron Carlo Carrá, con una pintura algo naïf y humorística, Casorati, muy popular en su momento, Sabini, Morandi...


Cabecera de ARTEHISTORIA

No hay comentarios:

Publicar un comentario