Francisco Pradilla
Jacques-Louis David
Eugène Ferdinand Victor Delacroix
Una vez Rómulo hubo fundado Roma, aceptó para poblarla habitantes de poblaciones vecinas pero se dio cuenta que eran en su mayoría varones así que recomendó enviar peticiones de alianza a las poblaciones cercanas. Ninguna mujer aceptó la oferta así que a Rómulo se le ocurrió organizar unos juegos, los Consualia, en honor a Neptuno.
escuela flamenca
La curiosidad atrajo a gentes de los alrededores, la mayoría sabinos, que llegaron a Roma acompañados por sus mujeres e hijos. Todos fueron muy bien recibidos y agasajados pero cuando llegó la hora de comenzar los juegos, a una señal, los jóvenes romanos tomaron a las mujeres sabinas y se las llevaron a sus casas sin que los hombres pudieran hacer nada para evitarlo.
La curiosidad atrajo a gentes de los alrededores, la mayoría sabinos, que llegaron a Roma acompañados por sus mujeres e hijos. Todos fueron muy bien recibidos y agasajados pero cuando llegó la hora de comenzar los juegos, a una señal, los jóvenes romanos tomaron a las mujeres sabinas y se las llevaron a sus casas sin que los hombres pudieran hacer nada para evitarlo.
Pietro da Cortona
Cuando los presentes llegaron a sus poblados se congregaron alrededor de su rey Tito Tacio. Los cenisenses, crustuminos y antemnates fueron derrotados por los romanos, éstos conquistaron sus pueblos y se instalaron en sus capitales, aumentando el poder de Roma; pero los sabinos no atacaron con tanta celeridad como sus vecinos, se mantuvieron a la espera para urdir un ingenioso plan.
Guido Aspertini
Roma había encargado la defensa de la ciudad a Espurio Tarpeyo y los sabinos se pusieron en contacto con la hija de éste, una sacerdotisa vestal, y la sobornaron gracias al oro del rey Tacio. Aprovechando que la joven salió de la ciudad para buscar agua para una ceremonia, permitió la entrada de hombres armados a la ciudadela. Lo primero que hicieron los hombres fue matar a la vestal por no fiarse de una traidora.
Picasso
La batalla fue cruenta, el mismisimo Rómulo se puso al frente del ejército romano y Metio Curcio encabezó el ataque sabino. Todo habría acabado en una gran tragedia si no fuera porque las mujeres sabinas se lanzasen al campo de batalla y se interpusiesen entre los contendientes. Durante la corta estancia que las sabinas habían estado en las casas de los romanos se habían enamorado de sus captores y ahora sufrían viendo como se aniquilaban gente de los dos bandos que amaban.
Girolamo del Pacchia
"Si nosotras somos la causa, tornar vuestra ira contra nosotras"-gritaron.
Los soldados de ambos bandos detuvieron inmediatamente las hostilidades y pactaron una alizanza. No solo firmaron la paz, sino que desde entonces sabinos y romanos formarían un solo pueblo.
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