En la película de John Huston Los muertos, inspirada en el
relato de James Joyce, Anjelica Huston se queda de pie en la escalera,
traspasada por una canción. No es una mujer refinada, pero tiene una
orgullosa elegancia que corresponde a Gretta, esa chica de GaIway que se
ha casado un poco por encima de su clase y que, sin embargo, es mucho más fuerte que su intelectual esposo. Gretta, como todas las mujeres de Joyce, está copiada en cierto modo de su esposa, Nora
JAMES JOYCE, uno de los escritores más influyentes del siglo XX y una de las mentes más refinadas. Como el escribe, por ejemplo en su ensayo sobre Blake: "Al igual que muchos genios, Blake no se sentía atraído por las mujeres cultas y refinadas"
JAMES JOYCE, uno de los escritores más influyentes del siglo XX y una de las mentes más refinadas. Como el escribe, por ejemplo en su ensayo sobre Blake: "Al igual que muchos genios, Blake no se sentía atraído por las mujeres cultas y refinadas"
Poco despues de la muerte de su madre, James Joyce conoció a Nora Barnacle, una mujer que trabaja en un hotel de Dublín. Se enamora perdidamente de ella y le envía unas cartas en las que describe sus más oscuros deseos
44 Fontenoy Street, Dublín
¡Noretta
mía! Esta tarde recibí la conmovedora carta en la que me cuentas que
andabas sin ropa interior. El día veinticinco no conseguí las doscientas
coronas sino sólo cincuenta, y otras cincuenta el día primero. Esto es
todo en lo que al dinero se refiere. Te envío un pequeño billete de
banco y espero que al menos puedas comprarte un lindo par de bragas, te
mandaré más cuando me paguen de nuevo. Me gustaría que usaras bragas
con tres o cuatro adornos, uno sobre el otro, desde las rodillas hasta
los muslos, con grandes lazos escarlata, es decir, no bragas de
colegiala con un pobre ribete de lazo angosto, apretado alrededor de las
piernas y tan delgado que se ve la piel entre ellos, sino bragas de
mujer (o, si prefieres la palabra) de señora, con los bajos
completamente sueltos y perneras anchas, llenos de lazos y cintas, y con
abundante perfume de modo que las enseñes, ya sea cuando alces la ropa
rápidamente o cuando te abrace bellamente, lista para ser amada, pueda
ver solamente la ondulación de una masa de telas y así, cuando me
recueste encima de ti para abrirlos y darte un beso ardiente de deseo en
tu indecente trasero desnudo, pueda oler el perfume de tus bragas tanto
como el caliente olor de tu sexo y el pesado aroma de tu trasero.
Te
habrán impresionado las cosas sucias que te escribo. Quizás pienses que
mi amor es una cosa sucia. Lo es, querida, en algunos momentos. Te
sueño a veces en posiciones obscenas. Imagino cosas muy sucias, que no
escribiré hasta que vea qué es lo que tú me escribes. Los más
insignificantes detalles me producen una gran erección. Un movimiento
lascivo de tu boca, una manchita color castaño en la parte de atrás de
tus bragas, una palabra obscena pronunciada en un murmullo de tus labios
húmedos, un ruido sin recato, repentino, de tu trasero y entonces
asciende un feo olor por tus espaldas. En algunos momentos me siento
loco, con ganas de hacerlo de alguna forma sucia, sentir tus lujuriosos
labios ardientes chupándome, follar entre tus dos senos coronados de
rosa, en tu cara, y derramarme en tus mejillas ardientes y en tus ojos,
conseguir la erección frotándome contra tus nalgas y poseerte
sodomíticamente.
¡Basta per stasera!
Espero que te haya llegado mi telegrama y lo hayas comprendido.
Adiós, querida mía a quien trato de degradar y pervertir.
¿Cómo sobre esta tierra de Dios es posible que ames una cosa como yo?
¡Oh, estoy tan ansioso de recibir tu respuesta, querida!8 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín.Mi dulce putita Nora, he hecho como me lo pediste, muchachita sucia y me hice dos pajas mientras leía tu carta. Me deleita ver que haces como si te cogiera por atrás. Sí, ahora puedo recordar esa noche cuando te cogí por atrás mucho rato. Fue la cogida más sucia que te he dado, querida. Horas y horas mi sexo estuvo duro dentro tuyo, entrando y saliendo de tu trasero vuelto hacia arriba. Sentía tus rollizas nalgas sudorosas bajo mi vientre y veía tu rostro y tus ojos enloquecidos. A cada una de mis arremetidas tu desvergonzada lengua salía de entre tus labios, y si te embestía con mayor fuerza que la usual, gruesos y sucios gases surgían balbuceantes de tu trasero. Tenías un culo lleno de pedos aquella noche, querida, y con la cogida salieron todos para afuera, gruesos camaradas, otros más ventosos, rápidos y pequeños requiebros alegres y una gran cantidad de peditos sucios que terminaron en unlargo chorrear de tu agujero. Es delicioso cogerse a una mujer con pedos cuando cada embestida le saca uno. Estoy seguro que reconocería los pedos de Nora en cualquier parte. Estoy seguro que podría reconocer los de ella en un cuarto lleno de mujeres flatulentas. Es un ruido mucho más juvenil, que en nada se parece a los flatos húmedos que deben poseer las esposas gordas. Es más repentino y seco y sucio como el que imagino haría para divertirse una muchacha desnuda en el dormitorio de la escuela por la noche. Espero que Nora dejará escapar sus gases en mi rostro para que también pueda conocer su olor.
Dices que a la vuelta me vas a chupar y quieres que lama tu sexo, pequeña pícara depravada. Espero que alguna vez me sorprendas durmiendo vestido, me asaltes con un destello de puta en tus soñolientos ojos, me desabroches con suavidad, botón por botón en el vuelo de mi trusa, y saques gentilmente la gruesa fusta de tu amante, la escondas en tu boca húmeda y la mames hasta que dura y erectísima acabe en tu boca. Algunas veces también te sorprenderé dormida, levantaré tu camisón y abriré suavemente tus bombachas calientes; suavemente me recostaré y comenzaré a lamer con placidez alrededor de tu sexo. Te agitarás incómoda, entonces lameré los labios del sexo de mi querida. Te pondrás a gruñir y a gemir, a suspirar y pedorrear ávida en tu sueño. Entonces lameré mas rápido, como un perro voraz, hasta que tu sexo sea una masa de suciedad y tu cuerpo un corcoveo salvaje.
¡Buenas noches, mi pequeña Nora pedorra, mi sucia pajarita cogedora! Hay una palabra amable, querida que subrayaste para que me masturbara mejor. Escríbeme más acerca de eso y de ti misma, dulcemente, totalmente sucia, totalmente sucia.
JIM
44 Fontenoy Street, Dublín
Mi
dulce sucia pajarita folladora. Aquí tienes otro billete para comprar bragas
bonitas o ligueros o ligas. Compra bragas de puta, amor, y trata de
perfumarlas con algún suave aroma y de decorarlas también un poquito por
atrás.
Pareces ansiosa de saber cómo
recibí tu carta que, dices, es peor que la mía. ¿Cómo que es peor que la
mía, amor? Sí, es peor en una o dos de sus partes. Me refiero a la
parte en la que dices que lo harás con tu lengua (no me refiero a que me
chupes) y en esa amable palabra que escribiste tan grande y subrayaste,
pequeña pícara. Es estremecedor escuchar esa palabra (y una o dos de
las que no escribiste) en los labios de una chica. Pero ojalá hables de
ti y no de mí. Escríbeme una carta larga, larga, llena de esas y otras
cosas acerca de ti, querida. Ahora ya sabes cómo endurecérmela. Dime las
cosas mínimas acerca de ti tan minuciosamente como sean de obscenas,
sucias y secretas. No escribas más. Deja a cada oración llenarse de
sucias palabras y sonidos sin recato. Son lo más amable de oír y de ver
en el papel, porque las más sucias son las más bellas.
Las
dos partes de tu cuerpo que hacen las cosas más sucias son las que yo
más quiero. Prefiero tu culo, querida, a tus tetitas, porque hace cosas
más sucias. Si amo tanto tu coño no es por ser la parte de tu cuerpo que
penetro, sino porque hace otra cosa sucia. Puedo pasar todo el día
acostado masturbándome en la contemplación de la divina palabra que
escribiste, y la cosa que dices quisieras hacer con tu lengua. Ojalá
pudiera oír a tus labios murmurando esas poderosamente excitantes
palabras obscenas, ver tu boca haciendo ruidos y sonidos lascivos,
sentir tu cuerpo agitándose debajo de mí, oír y oler los gruesos sucios
pedos de muchacha ir pop pop fuera de tu hermoso culo de muchacha
desnuda y follar, follar, follar a mi ardiente culo sucio de pajarita
folladora por siempre.
Estoy contento
ahora porque mi putita me dijo que quiere entregarme su trasero, y
quiere que la folle por su boca, y quiere desabotonarme y sacar mi
palito y mamarlo como una teta. Más y más sucias que éstas quiere mi
pequeña folladora desnuda que le haga, mi perversa excitable amante, mi
dulce pedorrita obscena.
Buenas noches
mi coñito, me voy a acostar y pajearme hasta acabar. Escribe más y más
sucias cosas, querida. Acaricia tu coñito mientras me escribes para
hacer peor y peor lo que escribes. Escribe grandes las palabras obscenas
y subráyalas y bésalas y ponlas un momento en tu dulce sexo caliente,
querida, y también levanta un momento tu vestido y ponlas debajo de tu
querido culito pedorro. Haz más si quieres y mándame entonces la carta,
mi querida pajarita folladora del trasero café.
JIMDublín, 13 de diciembre de 1909
…ir
a otras? Tú puedes dármelo todo y más de lo que ellas pueden. ¿Querida,
crees definitivamente en mi amor? ¡Oh, hazlo, Nora! ¿Acaso no se lee en
mis ojos cuando hablo de ti? Como dice tu madre, “se iluminan como
velas en mi cabeza”.
Cariño, ahora el
tiempo pasará volando hasta que tus brazos me estrechen. Nunca te
abandonaré de nuevo. No sólo deseo tu cuerpo (como sabes), sino también
tu compañía. Querida mía, supongo que mi amor por ti parece pobre y
raído comparado con tu generoso y espléndido amor hacia mí. Pero es el
mejor que puedo ofrecerte, querido amor mío. Acepta mi amor, sálvame y
protégeme. Soy tu niño, ya te dije, y debes ser dura conmigo,
pequeña madre mía. Castígame tanto como quieras. Me parecería delicioso
sentir mi carne estremeciéndose bajo tu mano. ¿Sabes lo que quiero
decir, Nora mía? Desearía que me pegaras o incluso que me azotaras. No
jugando, querida, sino en serio, y en mi carne desnuda. Desearía que
fueras dura, dura, querida, y tuvieras grandes y orgullosos pechos y
muslos rollizos. ¡Querría ser azotado por ti, Nora, amor! Me hubiera
gustado hacer alguna cosa que te molestara, siquiera algo trivial, quizá
mejor una de mis sucias costumbres que te hacen reír: y escuchar
entonces que me llamas a tu cuarto y encontrarte sentada en la silla de
brazos con tus robustos muslos abiertos y tu cara bien roja de ira y un
bastón en la mano. Te veo mostrándome lo que hice y entonces con un
movimiento de rabia me empujarás hacia ti y hundirás mi rostro en tu
seno. Entonces sentiré tus manos bajándome la trusa y hurgando dentro de
la ropa y levantando la camisa, para encontrarme luchando con tus
fuertes brazos en tu seno y sentirte inclinada sobre mí (como una
nodriza que fustiga el trasero de un niño) hasta que tus grandes y
llenos pechos casi me toquen y te sienta azotarme, azotarme, azotarme
malvadamente en mi carne desnuda y estremecida! Perdóname, cariño, si
esto es insensato. Empiezo la carta con total tranquilidad y debo
terminarla ahora en mi estilo alocado.
Querida,
¿estás ofendida por mi forma desvergonzada de escribir? Supongo que
algunas de las cosas obscenas que escribí te hicieron sonrojar. ¿Estás
enfadada porque te dije que me gustaba mirar la mancha oscura que
aparece tras tus bragas blancas de adolescente? Supongo que me
consideras un inmundo desgraciado. ¿Cómo contestarás estas cartas?
Espero, y espero que tú también, me escribas cartas incluso más
desaforadas y sucias que las mías.
Nora, puedes hacerlo si sólo lo deseas, pero también debo decirte que [INCONCLUSA]16 de diciembre de 1909
44 Fontenoy Street, Dublín
Dulce
niña querida, ¡finalmente me escribes! Seguro que has masturbado
ferozmente ese sucio coñito tuyo para escribirme una carta tan
incoherente. En cuanto a mí, estoy tan fuera de forma que tendrás que
lamerme una buena hora antes que pueda tener un cuerno lo
suficientemente firme para metértelo, no digamos para follarte. He hecho
tanto y tan seguido que me da miedo mirar cómo lo he hecho, después de
todo me lo he hecho. Querida, por favor no me folles demasiado a mi
vuelta. Folla todo lo que quieras fuera de mí por ahí de la primera
noche; pero dame tiempo para reponerme. Querida, toda la follada debe
ser hecha por ti, porque como estoy blando y diminuto, ninguna niña en
Europa, a excepción tuya, desperdiciaría su tiempo y energía conmigo.
Fóllame, querida; en todas las nuevas formas que tu deseo sugiera.
Fóllame ataviada con tus vestidos de calle, con tu velo y tu sombrero
puesto, con tu cara sonrosada por el viento y el frío y la lluvia y tus
botas embarradas; fóllame también a caballo sobre mis piernas, cuando
esté sentado en una silla, montándome de arriba hacia abajo mostrándome
los ribetes de tus bragas y mi pito firmemente clavado en tu coño, o
móntame sobre la espalda de un sillón. Desnuda, fóllame, solamente con
tus medias y tu sobrero puesto, acostados en el piso, con una flor roja
en el culo, montándome como un hombre, con tus muslos entre los míos y
tu robusto trasero. Móntame vestida con tu bata de estar (ojalá tengas
esa tan bonita), con nada debajo de ella, ábrela repentinamente y
muéstrame tu vientre y tus muslos y tu espalda y empújame sobre ti,
encima de la mesa de la cocina. Fóllame con tu culo, boca abajo en la
cama, con tu cabello suelto, desnuda, pero con tus adorables bragas
rosas perfumadas, abiertas desvergonzadamente de atrás y medio caídas,
de modo que se pueda entrever un poco tu trasero. Fóllame, si puedes,
acuclillada en el baño, con tus vestidos levantados gruñendo como una
puerca que caga y una gran cosa gruesa sucia serpenteando con lentitud
fuera de tu trasero. Fóllame en las escaleras, en la oscuridad, como una
niñera follando con su soldado que le desabotona gentilmente la trusa y
desliza su mano en su pajarito y lo acaricia con su camisa y con ese
contacto se va humedeciendo y entonces lo toma con suavidad y lo
acaricia junto con sus dos bolas a punto de estallar y finalmente agarra
atrevida la pija que ella mama y la manosea y la acaricia suavemente,
murmurando para él en sus oídos palabras obscenas e historias indecentes
que otras chicas le han contado a ella y ella dice cosas sucias y se
mea las bragas con placer y deja salir suave, quieta, tranquilamente,
tibios peditos de su trasero hasta que su clítoris está tan firme como
el de él y de pronto se lo mete y lo monta.
¡Basta! ¡Basta per Dio!
He acabado y todas las tonterías han desaparecido. ¡Ahora, la respuesta a tus preguntas!
Todavía
no hemos inaugurado. Te mando algunos carteles. Esperamos inaugurar el
veinte o veintiuno. Cuenta catorce días a partir de entonces y tres y
medio más para el viaje y estaré en Trieste.
Prepárate.
Coloca un lindo linóleo marrón agradable en la cocina y, por la noche,
cuelga un par de cortinas rojas comunes en las ventanas. Procura un
sillón cómodo y barato para tu perezoso amante. Haz todo lo que te digo,
querida, pues una vez que llegue no me moveré de esa cocina en una
semana, leyendo y mirando cómo preparas la comida; y hablándote,
hablándote, hablándote, ¡Qué supremamente feliz seré! ¡Dios mío, allí
seré feliz! I figlioli, il fuoco, una bona mangiata, un caffé nero, un
Brasil, il Piccolo della cera, e Nora, Nora mía, Norina, Noretta,
Norella, Noruccia, etc, etc…
Eva y
Eileen deben dormir juntas. Consigue algún lugar para Georgie. Quiero
que Nora y yo tengamos dos camas para el trabajo nocturno. Estoy
manteniendo y mantendré mi promesa, amor mío. ¡El tiempo vuela, vuela
rápidamente! Quiero regresar a mi amor, mi vida, mi estrella, mi pequeña
Irlanda de ojos extraños! ¡Cien mil besos, cariño!
JIM
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