domingo, 8 de noviembre de 2020

LOS AMORES DE Frida Kahlo

 


Leo en LA VOZ DE GALICIA- la noticia de un nuevo amor de Frida 

                                       

«¿Cómo puedes pedirme que te quiera?» Dijo Frida al gallego Alejandro Finisterre, el inventor del futbolín


Alex, si mataste mi corazón... sin sentir ninguna compasión... 



Alejandro Finisterre, nació en Fisterra, un pueblecito de la Costa da Morte, en Galicia, 
en 1919, poeta, crítico de teatro, editor e inventor. Finisterre fue  republicano, excelente editor, poeta  e inventor —se dice que registró más de cincuenta patentes. Fundó la Editorial Ecuador y fue la punta de lanzamiento de las obras publicadas por muchos de los escritores mejicanos como Andrés Henestrosa, Octavio Paz, Griselda Álvarez y españoles del exilio León Felipe, Max Aub, Juan Larrea y Ernesto Cardenal. 


«Cuando vaya a dar a luz, echadme a la mar: quiero dar a luz estrellas de mar. Soy de Finisterre, soy marino, echadme a la mar en submarino de pino de Finisterre (sin pintar), ¡echadme a la mar!» 

Alexandre Campos Ramirez, el verdadero nombre de Alejandro Finisterre, murió el  9 de febrero de 2007. 

Su padre se arruinó cuando el tenía 15 años. El se trasladó a Madrid donde trabajó de albañil y  por las noches escribía versos que vendía en los cafés. 



Cuando tenía 17 años, en 1936, una bomba cayó en su casa y quedó sepultado entre los escombros. Fue trasladado al hospital de la Colonia Puig de Montserrat, en Barcelona. Se quedó cojo  y como no podía jugar al futbol ideó el futbolín, que patentó en 1937.


Tras el triunfo del franquismo tuvo que huir. Consiguió dinero para irse a Ecuador, pasó por Guatemala donde fue secuestrado y metido en un avión para devolverlo a Madrid pero los pasajeros al conocer que era un refugiado español consiguieron que el piloto desviara el avión a Panamá.

Pero vuelvo a Frida


Frida y Diego Rivera se casaron en 1929, ella tenía 22 años   y el 43. 

Su relación estuvo repleta de infidelidades, éstas eran parte de su dinámica y en 1939 se divorciaron, sin embargo al año siguiente se volvieron a casar. A la muerte de Kahlo en 1954, Diego escribió: "Yo me he dado cuenta que lo más maravilloso que me ha pasado en mi vida ha sido mi amor por Frida".



"Ya quiero que te vengas, no sabes cómo te he necesitado este tiempo y cómo, cada día te quiero más.
     Estoy como siempre, mala, ya ves qué aburrido es esto, yo ya no sé qué hacer, pues ya hace más de un año que estoy así y es una cosa que ya me tiene hasta el copete, tener tantos achaques, como vieja, no sé cómo estaré cuando tenga treinta años, me tendrás que traer envuelta en algodón todo el día y cargada, pues ni modo que entonces se pueda, como te dije un día, en una bolsa, porque no quepo ni a trancazos."
Frida ya había tenido un romance con Alejandro Gómez Arias,  una relación que no contaba con la aprobación de sus padres. Él la acompañaba a casa cuando el tranvía en el que viajaban sufrió un accidente, el 17 de septiembre de 1925.



Leo Eloesser

Era  un famoso  cirujano que Frida conoció en San Francisco, y a partir de ahí iniciarion una amistad que nunca terminaría. Entre ellos existía un vínculo especial




24 de junio de 1944

Queridísimo Doctorcito Eloesser:

Realmente tienes razón de sobra para regañarme porque nunca te escribo, pero ya sabes que a pesar de todo, te quiero hartísimo y nunca te olvido.

Ahora te estoy escribiendo desde la cama porque sigo “fregada” de la espina. Cada día estoy peor. Vi al Dr. Alejandro Velazco Zimbrón que es un famoso cirujano de huesos aquí. Me ordenó un “corset” que llevo desde hace cinco meses. Al principio me costó mucho trabajo acostumbrarme, pues es de la chingada aguantar esa clase de aparatos, pero no puedes imaginarte cómo me sentía de mal antes de ponerme ese aparato. Ya no podía materialmente trabajar pues me cansaba de todos los movimientos por insignificantes que fueran. Me mejoré un poco con el “corset” pero ahora vuelvo a sentirme igual de mal, y estoy ya muy desesperada pues veo que nada mejora la condición de la espina. Me dicen los médicos que tengo inflamadas las meninges, pero yo no me acabo de explicar cómo está el asunto, pues si la causa es que la espina debe estar inmovilizada para evitar la irritación de los nervios ¿cómo es que con todo y corset vuelvo a sentir los mismos dolores y las mismas friegas?

Oye lindo, esta vez que vengas por lo que más quieras en la vida, explícame qué clase de chingadera tengo y si tiene algún alivio o me va a llevar la tostada de cualquier manera. Algunos médicos vuelven a insistir en operarme pero no me dejaría operar si no fueras tú quien lo hiciera en caso de que sea necesario.

Del caballete yo quisiera que fueras tan bueno de echarlo en un tren que me lo traiga acá, pues ahora lo necesito mucho porque les presto a veces los dos míos a los muchachos de mi clase. Yo pagaré aquí lo que cueste el transporte por express. ¿Quieres hacerme ese gran favor?

Tengo mucho gusto de que vengas pues tú sabes cómo te quiero. Perdóname que no te escriba mucho ni te cuente cosas porque aún de escribir me canso rete harto.

Te mando miles de besos y mi corazón.

Tuya, Frida.




León Trostsky

A mediados de la década de 1930, Kahlo y Rivera se consideraban trotskistas. Habían seguido de cerca la Revolución Rusa, y consideraban que Trotsky era un héroe de la Revolución de Octubre de 1917, que supuso el ascenso al poder de Vladimir Lenin y la instauración del régimen socialista. Sin embargo, cuando Iósif Stalin asumió el liderazgo en 1924, consolidó el poder y degradó a Trotsky, exiliándolo definitivamente en 1929. Diego Rivera fue la persona que convenció al presidente mexicano Lázaro Cárdenas de ofrecerle asilo político a Trotsky en México. 


Poco después de que el matrimonio ruso se instalara en Ciudad de México, dio comienzo el romance entre Kahlo y Trotsky. Frida y León se encontraban en la casa de la hermana de la artista, y el político deslizaba notas de amor en los libros que prestó a la mexicana para que los leyera cuando se separaban. Sin embargo, a pesar de la discreción que mantenían los amantes, Sedova, la  mujer de Trotsky, no tardó en descubrir la aventura, y dio a su esposo un ultimátum de «yo o ella»


Chavela Vargas


Chavela vivió con el matrimonio de artistas durante un año, en la residencia de Coyoacán. Nunca negaron ni aceptaron su romance, sin embargo, lo que expresa la una de la otra puede darnos un indicio de su verdadera relación.

Hoy conocí a Chavela Vargas. Extraordinaria, lesbiana, es más se me antojó eróticamente. No sé si ella sintió lo que yo pero creo que es una mujer lo bastante liberal que si me lo pide no dudaría un segundo en desnudarme ante ella. Cuántas veces no se te antoja un acostón y ya. Ella repito es erótica. ¿Acaso es un regalo que el cielo me envía?

Frida K”. 



Jaqueline Lamba 


En 1938, André Bretón, líder del movimiento surrealista, y su esposa Jaqueline Lamba huyeron de Francia por la ocupación nazi y se refugian en la casa de Diego y Frida. 






Carta de Frida Khalo a Jacqueline Lamba

Desde que me escribiste, en aquel día tan claro y lejano, he querido explicarte que no puedo irme de los días, ni regresar a tiempo al otro tiempo. No te he olvidado - las noches son largas y difíciles. El agua. El barco y el muelle y la ida, que te fue haciendo tan chica, desde mis ojos, encarcelados en aquella ventana redonda que tú mirabas para guardarme en tu corazón. Todo eso está intacto. Después vinieron los días, nuevos de ti. Hoy, quisiera que mi sol te tocara. Te digo que tu niña es mi niña, los personajes títeres arreglados en su gran cuarto de vidrio, son de las dos.Es tuyo el huipil con listones solferinos. Mías las plazas viejas de París,  sobre todas ellas, la maravillosa - Des Vosges tan olvidada y tan firme. Los caracoles y la muñeca-novia, es tuya también- es decir, eres tú -. Su vestido el mismo que no quiso quitarse el día de la boda con nadie, cuando la encontramos casi dormida en el piso sucio de una calle. Mis faldas con olanes de encaje, y la blusa antigua que siempre llevaba hacen el retrato ausente, de una sola persona. Pero el color de tu piel, de tus ojos y tu pelo cambia con el viento de México. Tú también sabes que todo lo que mis ojos ven y que toco conmigo misma, desde todas las direcciones, es Diego. La caricia de las telas, el color del color, los alambres, los nervios, los lápices, las hojas, el polvo, las células, la guerra y el sol, todo lo que se vive en los minutos de los no-relojes y los no-calendarios y las no-miradas vacías, es él. Tú lo sentiste, por eso dejaste que te trajera el barco desde el Havrem donde tú nunca me dijiste adiós.

Te seguiré escribiendo con mis ojos, siempre.


Heinz Berggruen

Rivera le presentó a Berggruen a Frida y rápidamente se hicieron amantes. Durante la Feria Mundial de arte en 1939, Berggruen debía cuidar a Rivera pero también aprovechó para enamorarse de la esposa del pintor. Ambos huyen a Nueva York y durante un mes, viven un breve romance. Después de eso, ella regresa con Diego y Heinz vuelve a Alemania.


Nickolas Muray

Frida conoce al fotógrafo Nickolas Muray en México en 1931, y en repetidas ocasiones se reencuentran en San Francisco y Nueva York. Tuvieron una relación intermitente durante diez años

Frida escribió a Muray en París de 1939: “Mi adorable Nick, esta mañana, después de tantos días de espera, llegó tu carta. Me sentí tan feliz que, antes de comenzar a leerla, me puse a llorar. Mi niño, realmente no puedo quejarme de nada en la vida mientras tú me ames y yo a ti. Es tan real y hermoso que me hace olvidar todo los dolores y los problemas, incluso me hace olvidar la distancia”.

Isamo Noguchi

En julio de 1935, Frida partió a Nueva York  y  conoció al escultor y diseñador  Isamu Noguchi, un hombre conquistador  con quien pronto entablaría una  relación amorosa, breve y fugaz. al poco tiempo regresaría  a México a reconciliarse con Diego, pero Frida siguió frecuentando a Noguchi. 





José Bartolí

Bartolí, un republicano que, saltando de un tren, había logrado escapar de las garras de la Gestapo y de un destino incierto en el campo de concentración de Dachau, se abrió paso como pintor y dibujante. Allí, en un hospital de la metrópolis estadounidense, conoció a Frida en 1946.


"Anoche sentía como si muchas alas me acariciaran toda, como si en la yema de tus dedos hubiera bocas que me besaran la piel.

Los átomos de mi cuerpo son los tuyos y vibran juntos para querernos. Quiero vivir y ser fuerte para amarte con toda la ternura que tù mereces, para entregarte todo lo bueno que haya en mi. y que sientas que no estás solo. Cerca o lejos, quiero que te sientas acompañado de mi, que vivas intensamente conmigo, pero sin que mi amor te estorbe para nada en tu trabajo ni en tus planes, que forme yo parte tan intima de tu vida, que yo sea tu mismo, que si te cuido nunca sera exigiéndote nada, sino dejándote vivir libre... Te quiero como eres, me enamora tu voz, todo lo que dices, lo que haces, lo que proyectas. Siento que te quise siempre, desde que naciste, y antes, cuando te concibieron. Y aveces siento que me naciste a mi. Quisiera que todas las cosas y las gentes te cuidaran y te amaran y estuvieran orgullosas, como yo, de tenerte. Eres tan fino y tan bueno que no mereces que te hiera la vida."



- Carta a José Bartolí, Frida kahlo, 29 de agosto de 1946.


La relación llegó a su fin a finales de 1949 pero Josep Bartolí nunca dejó de amar a Frida Kahlo por lo que guardó siempre sus cartas junto a él en su domicilio hasta que murió en Nueva York en 1995. Su familia vendió, años después de su fallecimiento, estos documentos que contienen recuerdos, flores prensadas y fotografías.




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