En 1913 nació Carmen Mondragón. Mirada hipnotizante que seducía a cualquiera, carácter fuerte y extravagante...
Carmen nació en la Ciudad de México en 1893, en el seno de una familia poderosa, y vivió gran parte de su vida en Francia, donde se sumergió en el mundo del arte. Tuvo que cargar con el estigma de ser la hija del general Manuel Mondragón, quien se diera a conocer como traidor a la patria y el que diera la orden para el asesinato y tortura de Francisco I Madero.
Su infancia estuvo colmada de lujos y viajes. Estudió en el colegio Francés y a los 20 años su padre, se dice, le propuso la genial idea de contraer nupcias con el militar Manuel Rodríguez Lozano, quien después se convertiría en pintor, contemporáneo de Diego Rivera, Rufino Tamayo y creador del grupo experimental de teatro Ulises.
Su infancia estuvo colmada de lujos y viajes. Estudió en el colegio Francés y a los 20 años su padre, se dice, le propuso la genial idea de contraer nupcias con el militar Manuel Rodríguez Lozano, quien después se convertiría en pintor, contemporáneo de Diego Rivera, Rufino Tamayo y creador del grupo experimental de teatro Ulises.
Ambos recorrieron Europa y conocieron a pintores de las vanguardias como Braque, Matisse y Picasso. Sin embargo, en ese viaje ocurrió el asesinato del primer hijo. Según Manuel Rodríguez Lozano, en un ataque de locura, Carmen estranguló a la criatura hasta la muerte, sin embargo, nunca se supo si la historia fue real o implemente un invento del pintor.
Cuando regresaron a México, Carmen abandonó a Manuel y empezó su épico romance con el Dr. Atl. Él se convirtió en una influencia tan grande en la joven, tanto que ella decidió cambiarse el nombre por Nahui Olin y comenzar una carrera como pintora y poeta.
Nahui Olin y el doctor Atl fueron la pareja perfecta y explosiva que causaba terremotos de pasión. Vivían cada momento como si fuera el último, como si quisieran consumirse de pasión y resucitar al siguiente día para comenzar otra vez. El Doctor Atl y Nahui Olin formaban una pareja excéntrica que vivía su día a día con tanta pasión que las discusiones, los celos y el romance, poco a poco los consumieron.
El Doctor Atl se celaba de la pintora porque constantemente posaba desnuda para otros pintores y fotógrafos, probablemente para celebrar su libertad y derecho a decidir su vida. Su cuerpo fue el medio para expresar tanto su libertad como su sexualidad; era la extensión que le permitía alcanzar a alguien más y unirlo a su existencia. Por ello, posó desnuda para el fotógrafo Edward Weston en Hollywood.
Sin embargo, poco después, Nahui pudo encontrar la calma al lado de Eugenio Agacino, marino español con quien vivió un romance menos pasional y más romántico. La pareja perfecta se rumoraba en la época; sin embargo, Agacino murió intoxicado en Cuba.
Ella lo esperaba en la orilla del mar de Veracruz. Él nunca llegó. Desde ese momento, la artista decidió alejarse de la vida pública. Deshecha por su mala suerte en el amor, por perder a su único aliado de esos días, su carrera artística finalizó, aunque la escritora siguió realizando poesía para disfrutarla en soledad.
A pesar de la desdicha, Nahui Olin vivió 40 años más. En soledad, obsesionada con la vida pasada, algunos rumoreaban que se llenaba la cara con polvo blanco y se acercaba a la Alameda Central para vender su cuerpo por algunos centavos. Otros días se sentaba y sacaba de su bolsa algunos trozos de carne para alimentar a los gatos, a los que adoptaba y llevaba a su casa, después, si morían, los disecaba y dejaba como adorno. El único adorno verdadero que la acompañó en esos días de locura fue el par de ojos verdes que nunca perdieron el brillo ni el color. Aquellos que tuvieron el valor de mirar el funeral del Dr. Atl en Bellas Artes y no estaban deshechos como lo estaba su dueña.
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