Ignacio Zuloaga
(Eibar, Guipúzcoa, 1870-Madrid, 1945). Pintor español. Su familia se dedicaba a las artes aplicadas e inició estudios de ingeniería, que abandonó para dedicarse a la pintura. Su formación artística la adquirió en el Museo del Prado, copiando a Ribera, Goya, Velázquez y El Greco, del que sería uno de sus primeros propagadores. Tras un primer viaje a Roma en 1889, marchó a París, donde conoció a artistas franceses como Maxime Dethomas, que llegaría a ser su cuñado, y el escultor Rodin, con quien entablaría una gran amistad.
También conoció a los artistas catalanes Miguel Utrillo y Santiago Rusiñol, con quien viajaría a Italia y compartiría la visión de una «España negra». En París llegó a practicar el puntillismo y el impresionismo y participó en algunas exposiciones colectivas de la galería Le Barc de Boutteville, frecuentada por los simbolistas; no obstante, la búsqueda de sus raíces autóctonas lo condujo a Andalucía, donde pasó algunas temporadas entre 1894 y 1897. En este último año descubrió Segovia de la mano de su tío Daniel.
Allí pintó el cuadro Mi tío y mis primas, que presentó en el Salón de París y fue adquirido por el Estado francés para el Museo de Luxemburgo de París. En 1898, con motivo de su matrimonio, se estableció en Madrid, aunque viajaría a París con frecuencia. De Valentine Dethomas, su esposa, se conserva un retrato de ese mismo año en el Museo Zuloaga de Zumaya. Al año siguiente presentó en el Salón de París su Retrato de familia, adquirido también por el Gobierno francés. A partir de 1903 participó en exposiciones internacionales y su fama fue creciente. Trabajó en Segovia desde 1906 hasta 1913, de septiembre a diciembre, atraído por la austeridad del paisaje castellano y la dignidad callada y humilde de sus habitantes, influido por la ideología de la llamada Generación del 98.
En 1908 fue invitado por el hispanista Archer M. Huntington para presentar una exposición en Nueva York al tiempo que Sorolla, su contrapunto en la visión de España, pero, finalmente, los dos artistas expusieron por separado en distintas ciudades estadounidenses. Al estallar la Primera Guerra Mundial regresó al País Vasco y vivió en un monasterio del siglo XII situado en Zumaya (Guipúzcoa), convertido posteriormente en museo, donde instaló su rica colección de obras de arte, con pinturas de El Greco y Goya, al que tuvo tal devoción que llegó a comprar su casa natal en Fuendetodos. En 1926 adquirió el castillo de Pedraza (Segovia), también convertido en museo. Es, junto a José Gutiérrez Solana, el continuador de la tradición de la pintura española a lo largo del siglo XX. En 1932 donó al Museo de Arte Moderno la obra de Eugenio Lucas Velázquez Las presidentas / Majas en el balcón [P4426], que en 1971 ingresó en el Museo del Prado.
Museo del Prado
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