domingo, 1 de noviembre de 2015

GOYA- LAS PINTURAS NEGRAS




La Romería de San Isidro
Saturno devorando a su hijo




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Judith y Holofernes


File:El Aquelarre.jpg
Aquelarre

File:2 Alte essen Suppe, 1821-23.jpg
Dos viejos comiendo sopa


Procesión del Santo Oficio
Procesión del Santo Oficio


Asmodea
Asmodea


Duelo a garrotazos
Duelo a garrotazos


Dos ermitaños
Dos ermitaños

Leocadia
Leocadia

El perro
El perro


Las parcas
Los Parcas


Hombres leyendo
Hombres leyendo

Dos mujeres y un hombre riendo
Dos mujeres y un hombre riendo


En 1819, a la edad de 72 años, Goya se aproximaba ya al fin de una vida, que aunque productiva, estuvo repleta de todo tipo de dificultades. Habiéndose quedado completamente sordo a los 46 años, y habiendo pasado por el período violento de las Guerras Napoleónicas y la turbulenta vida política posterior a la derrota de Napoleón, Goya llega a adoptar una actitud amarga hacia las posibilidades de la sociedad humana. Con su compañera Leocadia Weiss, de 30 años, se traslada a una casa simple y rectangular de dos pisos en las afueras de Madrid. La "Quinta del Sordo", asi llamada porque su anterior ocupante, al igual que Goya, era sordo, les ofrece la distancia suficiente para que Goya y Leocadia pudieran convivir juntos sin por ello perturbar demasiado las normas morales de la Madrid de los tiempos de la Restauración.


     En esta época, Goya se dedica a decorar la "Quinta del Sordo" con algunas de las imágenes más intensas y perturbadoras jamás pintadas. Ejecutadas al óleo directamente sobre la superficie de yeso de la pared, estas llamadas "pinturas negras" representan la cima de los esfuerzos artísticos del pintor. En ellas, Goya combina la libertad, o "Capricho", y las imágenes fantasmagóricas de sus grabados con el tamaño y el fin decorativo de los cartones para tapices que ya ejecutara al inicio de su carrera. Después de casi doscientos años, tales obras son aun capaces de reducir al espectador a un silencio de asombro. 
     Goya no dió título a estas obras, y aunque los historiadores del arte a lo largo de los años han aportado sus propios nombres, se ha optado en esta muestra por no identificarlas de tal forma. En lugar de imponer prejucios sobre su percepción, se ha preferido que las imágenes hablen por sí mismas, como lo hicieron en la "Quinta del Sordo". De esta forma, se espera evocar en todo su sentido el asombro aterrador y la significación inmemorial que generan estas imágenes tardías de Francisco de Goya.
  
ref- http://artchive.com/galleries/goya/notes_esp.html

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