sábado, 13 de junio de 2015

JUPITER Y TETIS



A Tetis, la mas bella de todas las nereidas le habían profetizado que tendría un hijo que superaría a su padre. Fue cortejada por Zeus y Poseidón pero fue dada en matrimonio al mortal Peleo. La nereida intentó evitar esta unión convirtiendose en pájaro, en árbol y en un tigre pero fue poseida a la fuerza por Peleo. En su boda, la Discordia tiró una manzana dorada como premio a la más bella de las diosas presentes, Venus, Minerva y Juno. Este hecho dio lugar al Juicio de Paris que desembocó en la guerra de Troya.

De la unión de Tetis y Peleo nació Aquiles que iba a convertirse en héroe de dicha guerra. Homero cuenta en la Ilíada como es insultado por Agamenón y como Tetis sale de las profundidades del mar para pedirle a Júpiter que vengara a su hijo. A Vulcano dios de la fragua, le pidió que le hiciera una armadura que lo convirtiera en inmortal.

En este cuadro de JEAN AUGUSTE DOMINIQUE INGRES, que fue la última obra que realizó como estudiante en Roma y que recibió severas críticas cuando lo envió a París por falta de relieve y desproporción en las figuras; vemos a Júpiter, dios supremo de la antigüedad, sentado en el trono imperial. Con la mano derecha sostiene el cetro y el brazo izquierdo reposa sobre una nube; el águila, atributo de la fuerza, velocidad y alto vuelo de Jupiter, reposa a su lado observandolo atentamente.

A la izquierda vemos a Juno, la celosa esposa de Júpiter que observa la escena. Júpiter permanece indiferente ante las apasionadas atenciones de Tetis ¿O quizas súplicas?

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