martes, 11 de mayo de 2021

Robert Doisneau FOTOGRAFÍA NARRATIVA





Robert Doisneau (1912- 1994) fue uno de los fotógrafos urbanos y documentales con mayor sensibilidad para captar la belleza efímera de lo cotidiano.
 
Consciente de que las buenas historias suceden en lugares y momentos relativamente predecibles, se convirtió en un maestro de la espera y el diseño de las escenas, apostándose en los puntos de interés más relevantes de París hasta que ocurriera la magia que sólo su gran ciudad podía ofrecer.

Esta espera, disciplina extendida hoy día como la del ‘fotógrafo pescador’, propiciaba imágenes con una composición muy meditada y unos encuadres sobresalientes, muy avanzados en comparación a otros contemporáneos.

Vivió la época dorada de las revistas y, entre sus muchos encargos, trabajó en una serie sobre el romanticismo en la capital francesa de la que, fruto de su característico diseño de las escenas, saldría la imagen de ‘El Beso del Ayuntamiento’, un icono de la fotografía del siglo XX que le alzaría hasta lo más alto para después hundirle en la mayor de las depresiones.

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Nacido en Gentilly el 14 de abril de 1912, disfrutó de todo lo que le podía ofrecer la ciudad parisina. De hecho vivió en el mismo apartamento de Montrouge desde 1937. De su formación cabe destacar cómo se unió al mundo de la fotografía: a través de la tipografía, que estudió en la École Estienne de París, y gracias a la que empezó a trabajar en el Atelier Ullmann, donde abrió un estudio fotográfico. Es en esa etapa en la que toma sus primeras imágenes (1929-1930) en las que vemos al Doisneau más tímido: son fotografías sin personas.
Pero si hay una fecha determinante en su formación, esa es la de 1931. En ese momento conoce al fotógrafo, dibujante y escultor André Vigneau, quien le abrió las puertas a un mundo en el que pudo descubrir los trabajos de artistas de la talla de Man Ray. Comienza aquí una nueva fase de su trabajo: ya retrata a personas, se introduce más aún en París y sus gentes... y un año más tarde logra que sus fotografías aparezcan en «L´Excelsior».
A partir de ahí su vida profesional -y personal- va dejándose llevar e influir por las circunstancias de sus tiempos: el servicio militar, la crisis, contrae matrimonio con Pierrette (con la que se va a vivir a ese apartamento de Montrouge) y se va formando un Doisneau que descubre el mundo de los obreros, de las fábricas (trabajará como fotógrafo para Renault)... hasta que la II Guerra Mundial se interpone en su vida.

Etapa madura

Primero se alista en la Resistencia Francesa como soldado hasta que fue desmovilizado en 1940. Fue ahí cuando ejerció de fotógrafo y retrató la ocupación nazi. Su trabajo le sirvió para obtener una invitación para trabajar en la agencia ADEP, donde conocerá a Henri Cartier-Bresson y Robert Capa, entre otros.

A partir de ahí, un Doisneau más formado, experimentado y atrevido, nos trae la alegría y magia de una ciudad, París, que ha sido liberada.

Pese a lo importante de trabajar en ADEP, pasó a trabajar en la agencia Rapho, colaboró con diversas publicaciones («America's Life», «Le Point»), y, mientras tanto, siguió fotografiando París.



Y así nos regaló «El Beso», la «Cadena de niños cruzando la Rue de Rivoli», o «Los gatos de Bercy», por citar solo algunos ejemplos, que nos acercaron un poco más el pulso de una ciudad siempre mágica. Tal y como él afirmó, esperó a captar esos instantes en una ciudad en la que precisamente eso, esperar, es lo fundamental: «París es un teatro en el que se paga asiento con el tiempo perdido. Y yo sigo esperando"


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