miércoles, 2 de agosto de 2017

ESCOCIA



Abandonamos Inverness sin ver el Monstruo y nos dirigimos a Glasgow
 La última vez que había estado en esta ciudad habían difundido el emblema  "GLASGOW SONRIE MEJOR"

Este slogan se difundió con el próposito de cambiar la reputación de una ciudad triste, castigada por el desempleo, peligrosa y con una gran decadencia urbanística.  Era la década de 1980, había gente que le parecía una tarea imposible cambiar los efectos producidos por el desempleo y la falta de inversión.  Muchos ayuntamientos se negaban en invertir los escasos medios que tenían en publicidad, mientras la gente no tenía para comer ni para arreglar sus casas. Al fin la campaña fue apoyada por el sector privado y funcionó. El slogan les proporcionó el orgullo de ser ciudadanos de Glasgow, tanto a los que vivían en la ciudad como a los que se habían marchado.


 Hoy Glasgow es la tercera ciudad del Reino Unido despues de Londres y Birmingham

Despues visitamos el "lago emblema de los escoceses"- LOCH LOMOND
En una pequeña oficina de turismo preguntamos por un alojamiento y la amable ancianita que nos atendió dijo que preguntaramos a Mrs Fantfama si tenía alguna habitación. Mrs Fantfama, no más joven que la de la oficina de turismo, nos recibió sonriente con un ¿Como están ustedes? pero enseguida aclaró que era lo único que conocía de castellano. Que bonito es este lago. Recordé la visita que hice siendo una niña. Aquel viaje fue en invierno, había tanta nieve que parecía que el autobús iba entre una barrera de nieve



Por aquellas bonitas y por aquellas bonitas laderas
Donde el sol brilla, en el Lago Lomond.
Donde yo y mi verdadero amor pasabamos muchos días
en las preciosas, preciosas orillas o 'Loch Lomon.

Oh tú tomarás el camino alto, yo tomaré el bajo,
Y yo estaré en Escocia, antes que tú;
Pero yo y mi verdadero amor nunca nos volveremos a reunir
En las bellas, bellas orillas del Loch Lomon.

Fue allí que nos separamos en aquel sombrío valle
En los escarpados y empinados lados del Ben Lomond [montaña],
Viendo la tonalidad púrpura de las colinas Hieland,
y la luna saliendo en el anochecer


Los pequeños pájaros cantan y las flores silvetres florecen [llega la primavera],
Y en el amanecer las aguas están durmiendo;
Pero el corazón roto no conoce segunda primavera,
Estos maravillosos puede dejar su Frae greetin ' 


Ahora no, el sol brillaba sobre las montañas como en  la canción  "the sun shines  bright on Loch Lomond"

Cristo de San Juan de la Cruz es un cuadro de Salvador Dalí, realizado en 1951. Se encuentra en el Museo Kelvingrove en GLASGOW




En el número especial de 1952, editado por la Scottish Art Review, Dalí explica la pintura con las siguientes palabras:
La posición de Cristo ha provocado una de las primeras objeciones respecto a esta pintura. Desde el punto de vista religioso, esa objeción no está fundada, pues mi cuadro fue inspirado por los dibujos en los que el mismo San Juan de la Cruz representó la Crucifixión.


En mi opinión ese cuadro debió ser ejecutado como consecuencia de un estado de éxtasis. La primera vez que vi ese dibujo me impresionó de tal manera que más tarde, en California, vi en sueños al Cristo en la misma posición pero en paisaje de Port Lligat y oí voces que me de decían: "¡Dalí tienes que pintar ese Cristo!".

Y comencé a pintarlo al día siguiente. Hasta el momento en que comencé con la composición, tenía la intención de incluir todos los atributos de la crucifixión –clavos, corona de espinas, etc.- y de transformar la sangre en claveles rojos sujetos en las manos y los pies, con tres flores de jazmín sobresaliendo de la herida del costado. Las flores hubieran sido realizadas a la manera ascética de Zurbarán. Pero justo antes de finalizar mi cuadro, un segundo sueño modificó todo esto, tal vez a causa de un proverbio español que dice: A mal Cristo, demasiada sangre.
En ese segundo sueño, vi el cuadro sin los atributos anecdóticos: sólo la belleza metafísica del Cristo-Dios.


También había tenido al principio la intención de tomar como modelos para el fondo a los pescadores de Port Lligat, pero en ese sueño, en lugar de ellos, aparecía en un bote un campesino francés pintado por Le Nain, del cual sólo el rostro había modificado a semejanza de un pescador de Port Lligat. Sin embargo, visto de espadas, el pescador tenía una silueta velazqueña. Mi ambición estética en ese cuadro era la contraria a la de todos los Cristos pintados por la mayoría de los pintores modernos, que lo interpretaron en el sentido expresionista y contorsionista, provocando la emoción por medio de la fealdad. Mi principal preocupación era pintar a un Cristo bello como el mismo Dios que él encarna.



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