miércoles, 23 de diciembre de 2020

Rosario de Velasco




 Madrid, 1904– Barcelona, 1991. 

Realiza sus primeros estudios con el pintor Fernando Álvarez de Sotomayor. En 1931 participa en el 11º Salón de Otoño de la Asociación de Pintores y Escultores de Madrid y obtiene la segunda medalla de pintura en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1932 con el lienzo Adán y Eva, datado en ese mismo año y custodiado en la actualidad en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Esta composición ejemplifica lo más representativo de la obra realizada por la pintora con anterioridad a la guerra civil, y se centra en la representación de dos personajes, un hombre y una mujer, recostados en una pradera, sobre una tupida vegetación que recuerda la elaborada factura del aduanero Rousseau. 

Por esas mismas fechas se integra en la agrupación Artistas de Acción, formada además por los pintores Horacio Ferrer,  Aureliano Arronte, Juan Borrás, Cobo Barquera, Ricardo Summers (Serny) y Marisa Pinazo, cuya primera exposición tiene lugar en  las salas del periódico El Heraldo de Madrid.


Asimismo en 1932, Velasco forma parte de la muestra organizada en Valencia por la Sociedad de Artistas Ibéricos bajo el subtítulo de Pintura Novecentista en Valencia. En ese mismo año lo hará en otras dos de las exposiciones de los Ibéricos, la inaugurada en Copenhague y la celebrada en la galería Flechteim de Berlín entre diciembre de 1932 y enero de 1933. En esta última, a la que concurren igualmente artistas como Vázquez Díaz, Gutiérrez Solana o Arturo Souto, presenta de nuevo el óleo Adán y Eva, que había sido incluido previamente en la muestra de Copenhague junto con otra obra titulada Naturaleza muerta

En 1934 participa en la Exposición Nacional de Bellas Artes. Rosario de Velasco, que iba a realizar durante toda su trayectoria plástica una producción figurativa, en el periodo anterior al año 1936 se aproxima al realismo de los colectivos identificados con la corriente europea del “retorno al orden”, como la Nueva objetividad alemana o los italianos Valori Plastici. Si bien la iconografía de la artista se inspirará siempre en los motivos pictóricos tradicionales (naturalezas muertas, composiciones con figuras...), la aproximación a esos mismos temas se caracteriza en estos momentos por un innovador tratamiento formal, que incluye los aspectos técnicos y el empleo del color.

 

Tras contraer matrimonio en plena Guerra Civil con el médico catalán Xavier Farrerons, se instala en Barcelona. En 1939 acude con tres obras a la Exposición Nacional de Pintura y Escultura, celebrada en Valencia, participando después en la edición de 1941, año en que también lleva a cabo algunos frescos, actualmente destruidos. Expone en la Bienal de Venecia (1942) y es seleccionada por Eugenio D'Ors para mostrar su obra en el II Salón de los Once (1944), inaugurado en la madrileña galería Biosca, y en el que también se presentan piezas de Torres García, Pablo Gargallo, Benjamín Palencia, Eduardo Vicente o Rafael Zabaleta, entre otros. 

Participa en la Nacional de Bellas Artes de 1945 y en la Pittsburgh International Exhibition. La galería Biosca le dedica una muestra individual en 1971. En Barcelona expondrá en La Casa del Libro (1944), en las galerías Syra y las salas Gaspar y Parés (1977) y en el Cau de la Carreta de Sitges (1981 y 1988). En 1968 es galardonada con el Premio San Jorge. Como ilustradora, destacan sus colaboraciones para la revista Vértice, así como sus originales para las publicaciones Cuentos para soñar, de María Teresa León (1928), y Princesas del martirio, de Concha Espina (Ed.


Real Academia de la Historia

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