La pintura metafísica u onírica es un movimiento
artístico italiano que nace en 1916 de un encuentro casual de Giorgio
de Chirico con Carlo Carrà en el Hospital Militar de Ferrara, y se crea en contraposición a la estética geometrizante que tanto se impugnó y desarrolló en el arte de entreguerras.
La pintura metafísica rompe con la vanguardia del Futurismo y restablece el orden clásico. Se abandonan los principios dinámicos futuristas y vuelven a los valores tradicionales de formas bien definidas y a los elementos clásicos de los pintores renacentistas italianos
Se representan realidades ilógicas pero que parecen creíbles, utilizando una especie de lógica alternativa. Las imágenes transmiten un sentido de nostalgia, de misterio o ensoñación que producen una sensación de reposo o tranquilidad
Otros pintores vinculados a este movimiento son Alberto Savinio, Filippo de Pisis y Giorgio Morandi.
Giorgio de Chirico, griego de nacimiento, de padres italianos y de formación alemana, es la figura clave del movimiento.
Carrà
desarrolló estas teorías en sus artículos publicados en la revista
Valori Plastici y se convirtió en otro antecedente formal importante de
la pintura metafísica.
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