domingo, 24 de noviembre de 2013

HABLEMOS DE PAJAROS




  Hoy he estado contemplando mis pájaros y de repente me acordé de mi niñez.  A  mi la gente mayor siempre me ha parecido muy rara, y entre esa gente, claro, estaba mi padre.  Durante una época se le dio por las COLÚMBIDAS o sea por las PALOMAS-  Mandó construir un gran palomar en el patio que daba a la cocina y allí fue metiendo, comunes, buchonas, de capuchón, etc.  Estaban libres y mientras comiamos- porque lo hacíamos en la cocina-  las veíamos entrar y salir.  Los días de temporal alguna se estrellaba contra las paredes de las casas vecinas. Mi madre comprobaba si habían quedado hijos huérfanos y en un alarde de generosidad los mataba y nos los comíamos.  Y pensando en eso me pregunté ¿Soy yo ahora la mayor?

Empecé por tener un canario, al canario le añadí una novia. Un crio del barrio me regaló verderones...




  Y así, poco a poco, me encontré con una gran pajarera. Habrá gente que cree que los pájaros "no sienten"- pues no es así- aparte de sus códigos genéticos- aprenden a convivir con nosotros los humanos y nos llegan a querer. 


Como ya he dicho, empecé por canarios, primero un macho y despues fuí añadiendole chicas... bueno eso pensé porque ahora me doy cuenta que tengo tres chicos y una desmadejada hembra.  Observándola bien hoy,  diría que más bien parece un pequeño buitre que un canario. Le han arrancado todas las plumas del cuello- seguro que en actos de amor- y el resto del cuerpo parece alicaído, pero me llevé una gran sorpresa cuando les puse un trozo de bizcocho y los tres chicos se colocaron en fila. Ellos esperaron sin rechistar hasta que ella sació su deseo de dulce.  Despues se fue a beber y se salpicó un poco de agua.  Entendí que quería un baño, así que les coloque su bañera de agua  fresca.  Se armó tal revuelo, tal fiesta, que los agapornis, que viven en la planta de arriba de la pajarera, metían sus ojos a traves de los agujeros de la red para poder ver el espectáculo



 Los agapornis son animales tremendamente curiosos, no quieren perderse ningún  acontecimiento que ocurra en la casa, es decir son unos cotillas. Tambien son conocidos como "love birds"- "pajaros del amor".  La pareja se quiere mucho, se pasan el día haciendose arrumacos y he comprobado que una muestra de amor es  regurgitarse comida, "vomitar" comida en la boca del otro, y es que  en eso de las prácticas amorosas no hay reglas... Solo se soportan a si mismos.  Pregunté en la tienda de animales si podrían convivir con ninfas. Me dijeron "perfectamente", asi que compré una pareja




Tan pronto se miraron ninfas y agapornis, las primeras se pegaron de tal forma a la pared de la pajarera que casi parecían invisibles. A los dos día comprendí que tenía que separarlas así que ahora tengo una nueva jaula...

No hay comentarios:

Publicar un comentario