viernes, 12 de julio de 2019

UN MUNDO DE DESPISTE



Querida amiga,

Que si, que hace tiempo que no nos comunicamos, pero todo tiene una razón. El cambio de vivienda me ha desarticulado la vida. Cambiar el orden, principalmente el mental, es    muy duro. El desorden me ha llevado  a problemas de salud. Ya te  he comentado alguna vez que es como si la tecnología se enfrentara a personas como yo. Aprender a encender la cocina, el horno o poner la lavadora me ha costado un master. Todo esto te conduce a un estado nervioso que la convivencia te llega a parecer imposible. Hasta la gata anduvo una semana vagando con los ojos como platos. Ella nunca había visto  la calle, nuestro piso anterior daba al mar...Ahora se asoma a la ventana y sigue con la cabeza el paso de los coches



Si, lo sé, es una zona preciosa para vivir pero aún voy de compras a mi antiguo barrio, aqui no hay supers ni carnicerías ni nada, es una zona para el "dolce far niente"
El sábado pasado al levantarme me horroricé al verme la cara en el espejo. Parecía un hamster

La mitad de la cara estaba hinchada, desde la oreja hasta el cuello, como cuando estos bichos almacenan la comida. Despues de consultar en internet sobre las terribles posibles causas pedí cita a mi medica de familia y hoy me tocó. Le pedí que pusiera un poco de imaginación porque despues de una semana la hinchazón casi había desaparecido. "Pon delante de tus ojos un alimento que te guste mucho y verás como te vuelve a hinchar"- Me dijo. Me explicó que es un virus que provoca inflamación y cierra las glándulas salivares. 

Como conoce mi despiste apuntó de puño y letra: Una pastilla protectora, media hora despues el antibiótico, con el desayuno, lo mismo con la comida y la cena
Amiga mía, ahora viene lo peor, llevo toda la tarde escondida del mundo. Fui a la farmacia y le entregué, lo que yo pensé que era el papel de las instrucciones.  La chica lo leyó atentamente y me dijo: "Esta es una solicitud para la tarjeta del autobús". Observando mi perplejidad me preguntó si no tenía la tarjeta sanitaria. Se la dí y despues de varias pasadas me aseguró que estaba caducada. Mujer inteligente, me leía el cerebro o está muy acostumbrada a estas cosas, me leyó el nombre de la tarjeta.  Es la de mi hijo balbuceé y le di la mía- "disculpa, estas cosas me pasan por no poner las gafas"- Tranquila, yo ya me puesto las progresivas para que no me pasen estas cosas, respondió sonriendo
Me odio a mi misma gritaba mi interior, Cris. Menos mal, querida amiga, como siempre me sirves de bálsamo tranquilizante cuando me dijiste que el otro dia intentaste pagarle al carnicero con un papel de anuncio del GADIS creyendo que era un billete de 50 euros

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