Salimos de Praga medio rebotados porque el dice que se siente borrego en medio de tanto turismo.Antes de salir, por la mañana, fuimos a la Plaza de San Wenceslado y, debajo de la estatua del caballo, esperamos a una guía en español, como decía un folleto que encontramos en un restaurante. Justo a las nueve y cuarto apareció la guía y emprendimos la marcha andando por la ciudad. Despues recorrido en barco, comida en un restaurante de comida checa, para acabar con un recorrido en tranvía hasta los palacios y la catedral. Despues de despedirnos, bajamos hasta la ciudad vieja para recoger el coche y salir para Alemania.
Como siempre, advierto, "despacio y a disfrutar", pero cualquiera frena a alguien con complejo de FERNANDO ALONSO. Conseguí que se parara en un pueblo- LAUNIN. Estaban en fiesta, yo quería ver el ambiente. Dormimos en Dresde, ya solo quedaban 150 kilometros para llegar a Berlin. Cuando llegamos a la altura del aeropuerto comenzamos a buscar hotel. Yo sugerí...ese parece que tiene buena pinta!- Se baja del coche...No, 79 euros, no me parece un hotel para tanto dinero... ya sabía lo que me esperaba...perdernos por aquellos bosques interminables...De repente nos encontramos en una calle en la que había bastantes hoteles. Se detuvo en el que tenía más lucecitas. Más que un hotel parecía un arbol de navidad
Bien, 50 euros, pero si nos quedamos más de una noche nos cobran a 45...- Al entrar, en una especie de restaurante, me recibe un alemán grandote con tirantes encima de una camisa. Hago ademán de sacar el pasaporte y me hace una señal con la mano -No pasaportes!
Tenemos que sacar la maldita maleta del coche, nos pasa como en todas las casas que hay hijos, cuando vas a buscar algo no lo encuentras y estamos viajando con una maleta que nos da pereza quitar, pero ya llevabamos dos días con la misma ropa...El hombre de los tirantes ve a J. con la maleta y con cara de pena dice "dos pisos"... menos mal que a la altura de la primera planta le echó una mano...No enseñó como funcionaba la persiana eléctrica, abrió orgulloso la puerta del baño... nosotros solo queríamos que se fuera, queríamos dormir, dormiiiiiiiir
A la mañana siguiente suena el telefono.... bla, bla, bla, una voz de mujer, en tono alterado me hablaba en alemán... yo solo consegui entender "Check out at ten"- Ehhhh le dije "no la entiendo" "mi no sprijinchi dach"
Ella contesta "mi no sprijchi Spanish, no English"
Fui al baño, y allí estaba J, metido en una enorme bañera, en un baño de espuma- "Una señora dice que nos tenemos que largar antes de las diez" dije.. y añadí "Nos quedamos otra noche, pero yo me quiero quedar en un hotel en el Mitte"
Mientras el señor se arreglaba, eché un vistazo a la habitación. La cama era enorme, probé en tumbarme en dirección contrara y sobraba espacio... la lampara del techo de encaje, haciendo juego con las de las mesillas y otra que había sobre una mesa. Volví al baño, si una gran bañera, en el techo un gran espejo, azulejos blancos con grandes ramilletes de flores rojas.
Al bajar a desayunar, oí que J. le decía a la señora de la llamada telefónica: Saturday, Sunday, Monday anda Tuesday"...Según iba bajando la escalera me fijé en unos floreros con flores de plástico, en el suelo un montón de sábanos que aun no habian recogido. Desayunamos en un pequeño comedor al lado del bar. Una mujer con escote "palabra de honor" y la cara tan estirada que los ojos ya le estaban quedando achinados, nos dio los buenos días, a nosotros y a los otros tres huéspedes. Traía en los brazos un perrito pequinés con un lacito en el cuello- Al salir me fijé en una cacatúa metida en una jaula enorme y en los horribles perros de cartón piedra que había en la puerta-con una etiqueta que ponía 50 euros.
Llegamos a Mitte sin problemas, en 20 minutos, hicimos un buen recorrido, comimos tirados en la hierba y cenamos en una terracita. A eso de las diez, decidimos volver al hotel. Tres horaaaaaaaas. Yo a punto del desmayo y J. me tranquilizaba "de noche todos los gatos son pardos"...
Cuando llegamos al hotel llovía, tronaba y había unos rayos que parecía que el mundo se acababa. Me dejó delante para que cogiera las llaves", entré en el bar y me quedé paralizada. La barra estaba llena de señoritas,
había hombres jugando a las cartas y un letrero que ponía "bingo"....al notar mi cara de asombro se acercó un hombre hablandome en alemán, yo sin pestañear, el me hacía señales con la mano, llevándosela a la boca... entendí que me preguntaba si quería comer.. un cliente, dándose cuenta de lo que ocurría, se acercó y me habló en inglés- Le expliqué que era cliente del hotel y que estaba esperando a "mi marido"-
Cuando llegué a la habitación grité: ¿Te has dado cuenta que tipo de hotel es este???? Con cara de tonto inocente me dice "pues es un sitio muy tranquilo y yo estoy muy cómodo...
Al día siguiente me fijé en el letrero "EL NIDO DEL CUCO".... Sin palabras...
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